Aunque para mí Dukan ya es como de la familia, quizá no tengáis ni papa de quien es este tipo.
Pues yo os lo explico con la concisión q me caracteriza; Médico q ha escrito un libro con un método revolucionario para adelgazar.
Revolucionario desde luego pq el estado de ánimo te lo revoluciona pero bien, pasas de la alegría desbordante al comprobar que has bajado casi tres kilos en una semana a caer en la depresión más profunda al encontrarte desayunando un plasta amarilla q le llaman torta de avena.
Por eso hay ratos q amo a Dukan, es mi heroe y salvador y otros en los q le considero un villano maquiavélico q tiene inquina a los gordos pq después de vista la foto del libro, él tiene cara de pajarito de esos q nunca han estado por encima de su peso ni 100 gramos.
Sé q esto es una forma de culpabilizar a alguien de mi desgracia, y es q es una forma muy española de resolver los asuntos, buscar al culpable en vez de la solución.
A pesar de los pesares sigo enarbolando la bandera dukaniana y eso q la llamada de las palomitas de chocolate y los kikos gordos es muy altisonante, casi ensordecedora.
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