miércoles, 30 de marzo de 2011

COSAS BARATAS QUE HACEN LA VIDA MEJOR

Llegada a estas coyunturas parece que el dinero es lo único que puede dar la felicidad, algunos dicen que no pero yo prefiero llorar en un Ferrari que comer pan y cebolla con algún príncipe calvo.

Aunque algunas cosillas hay, que a pesar de ser baratas, son fuente de felicidad, veámos algunos ejemplos:

Un baño de espuma con agua calentita, gel de lavanda y música de Reiki o de Ricky (Ya lo de las velas y el champán es rizar el rizo).

El arcoiris, sí parece cursi pero a mí ver como ilumina el cielo es de las pocas cosas q me llenan el espíritu.

El olor a leña ardiendo, me retrotrae a mi infancia alrededor de la chimenea con la caja de surtidos Cuétara.

Una sonrisa, en particular la de mi hija pero en general cualquiera q ue me sonría tendrá mi gratitud eterna.

Las olas, la luna reflejándose, el sol amanaciendo o poneniéndose, los días de playa (sin la muchedumbre agopalda, no hace falta desiertas pero al menos medio metro cuadrado libre).

Me iba a resistir y no incluir nada gastronómico pero me es imposible, el placer de comer es algo innegable; palomitas de chocolate, paella, tortilla de patatas, jamón serrano, helado de cualquier forma y sabor.

Y como no me las voy a dar de puritana a estas alturas: un buen revolcón con alguien que te erice la piel.

Pues eso, que todavía hay esperanza, mientras no implanten el derecho de pernada en nuestros pequeños momentos, podremos alcanzar al menos la dosis justa de felicidad para no desfallecer.

PD: Este blog se lo dedico a mi querida Ana Durán, que aunque no la conozco de nada es la que me ha animado a seguir escribiendo. Besos y risas.

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