Mis tribulaciones con el aerobic

A estas alturas de mi vida me quedan ya pocas convicciones, pero de algo estoy segura, nunca caeré en la vigorexia.

De camino a mi clase de aerobic me di cuenta que me dolía el tobillo derecho, la contractura sempiterna del hombro izquierdo, y ambos trapecios, vamos que estaba más para irme a urgencias que a una clase con la sargento Oneil que tengo por profesora.

Como soy una mujer de recursos, he encontrado el truquillo para sobrevivir a mi incursión en el fantástico
mundo del ejercicio físico, estoy creando mis propias coreografías! Que la profesargento dice 3 rodillas, pues yo hago que escucho 1, y como voy más despacito me cuadra el final.

Pensaréis vaya morro tiene esta AnaLó, desluciendo la clase... pues no, porque hay algunas que el día que se repartió la coordinación estarían fregando, claro yo fregando seguro que no estaba....

Aunque el balance es bastante positivo, he conseguido no borrarme, solo hago pellas muy de vez en cuando y porque me convence mi Estrella con esa carita de nopuedoconmivida(bueno tengo que reconocer que la mayoría de las veces soy yo la culpable).

Que pena que mi sistema locomotor no vaya tan rápido como mi mente.

La rana y yo

Desde pequeñitas nos cuentan el rollito de príncipe que nos va salvar y con el que comeremos perdices.

Poco a poco nos adentramos en la cruenta realidad y nos vamos conformando con especímenes que se parecen cada vez más a los anfibios(por lo pegajosos o por lo escurridizos...)

Ni príncipe ni siquiera dentista, solo quiero un ser humano ¿Es imposible encontrar uno soltero?
(y q no sea calvo porfi).