Que no hay manera, que no, que llevo con la meta pendiente de la pérdida de peso desde los tiempos de maricastaña.
Creía haber encontrado la solución con las pirulas de Sibutramina y van y las retiran de la farmacia.(Esta frase hay que leerla llevándose la mano girada a la frente).
Ahora me he aferrado a un libro de título muy apropiado; "No consigo adelgazar". Pero yo es que ni siquiera consigo leerme el libro....ahí está dando tumbos por la casa, ahora lo he ubicado en el cuarto de baño a ver si cuando me suba a la báscula al bajarme no me quede más remedio.
Y es que la sensación de no conseguir algo que llevas ansiando siempre, es como un lastre que te empuja a la desilusión. Y la derrota es un trago muy amargo por eso yo lo endulzo con bollos y chuches varias....
A veces pienso que es parte de mi idiosincrasia, pero dudo; no sé si soy una delgada atrapada en un cuerpo de gorda, porque según Elena de Priego: soy muy pero que muy biliosa....
No sé si es una batalla perdida.... pero yo sigo en la lucha, que es dura y es mucha!